De la vid a la bodega: ¿cuáles son los procesos de la viña?

¿Te has preguntado en alguna ocasión de qué depende la calidad del vino que consumes? Es posible que muchos de los procesos de cultivo y de maduración hayan evolucionado de manera notable en las últimas décadas. Pero en esencia, el aroma, el gusto y la calidad de cualquier caldo se siguen trabajando desde aquí, desde el origen.

Todo comienza en la viña

Para elaborar un gran vino, hay que trabajar un gran viñedo. Esto que resulta tan obvio en ocasiones es algo difícil de comprender. El consumidor de vino, y no sólo el aficionado sino el que ya tiene algunos conocimientos al respecto, con frecuencia se olvida de que el resultado de un producto excelente es también fruto del trabajo a pie de campo.

En Finca Vistahermos llevamos muchos años realizando este trabajo con auténtica pasión y estamos convencidos de que el amor que depositamos en él también se aprecia en el resultado final.

Un ciclo biológico que se repite cada 12 meses

¿Has visitado La Rioja con anterioridad? Si aún no has tenido la oportunidad de contemplar sus extensos viñedos, es una estampa que merece la pena. Y si ya has tenido la suerte de estar por estas tierras, podrás comprobar cómo cada momento del año es diferente.

En el cultivo de la viña hay que tener en cuenta dos calendarios importantes. Por un lado está el del ciclo biológico de doce meses que se repite de la misma manera en todos los rincones del mundo y durante el que el árbol produce sus frutos. Por otro lado está el del ciclo vital, que en función de la variedad de la vid y del terreno de cultivo puede durar alrededor de 40 años.

El ciclo biológico es el que más preocupa a los viticultores porque es el que se desarrolla en el corto plazo y con el que cada año se obtiene una cosecha. Como las condiciones climatológicas no son siempre las mismas, las cosechas también varían de un año otro. Este hecho, junto a los diferentes procesos de fermentación y maduración que se le dé a la uva, determinarán la calidad de la añada.

Los procesos de la viña

¿Qué mantenimiento necesitan los viñedos hasta la cosecha de la uva?

Como cualquier otro árbol frutal, la vid necesita de determinados cuidados para garantizar unos niveles de producción y calidad de la uva óptimos.

Tras la cosecha de cada año, los viñedos permanecen en reposo durante todo el invierno. Este período se aprovecha para realizar labores complementarias como el abonado y la preparación de la tierra de cara a una nueva cosecha. El descanso es fundamental para que los viñedos recuperen las fuerzas después de haber dado sus buenos frutos. Habrá que esperar a la primavera para que la savia empiece ascender por la planta y los primeros pámpanos broten sobre los sarmientos desnudos allá por los meses de marzo y abril.

A mediados de mayo lo habitual es comenzar a espergurar, una técnica que consiste en dejar únicamente los brotes necesarios y podar los secundarios que hayan nacido de otros brotes o de la propia cepa. Así se consigue que en un futuro la vid no se sobrecargue y se desarrolle mucho mejor.

Habrá que esperar hasta finales de mayo o principios de junio para que broten los primeros embriones. En este momento se lleva a cabo la supresión de pámpanos estériles o despampanadura. Esto implica que el viticultor tendrá que comprobar cuáles son los apéndices que se han desarrollado de manera estéril y que, por lo tanto, no van a dar fruto, para proceder a su eliminación.

Los pequeños frutos verdes que con posterioridad se convierten en uvas aparecen a comienzos del mes de julio, siempre en función de las condiciones climatológicas. Cuando ya se han formado estos pequeños racimos hay que hacer una limpieza o aclareo de la vid podando los vástagos más largos y sacrificando algunos racimos todavía jóvenes en beneficio de una cosecha de mayor calidad, no cantidad.

Conforme pasan los días, las uvas van engordando y van tomando color o forma en función de cuál sea su variedad: es el momento del envero. Sobre mediados de agosto se puede llevar a cabo un segundo aclareo de racimos. La maduración de la uva, que no es sino la concentración de azúcares que van tomando el protagonismo sobre los ácidos, se desarrolla durante las semanas consecutivas hasta la perfecta maduración del fruto.

El mes de octubre es uno de los más emocionantes no sólo en la Finca Vistahermosa sino en toda La Rioja: comienza la vendimia. La uva está perfectamente formada y en su punto óptimo de maduración. Dependiendo de las características de cada terreno, este procedimiento se puede llevar a cabo de manera manual o mecánica. Aunque en ambos casos la fruta se recolecta en muy buenas condiciones, la vendimia tradicional y a mano es la que mejor se identifica con la producción de vinos de alta calidad. Tiene un mayor coste ya que se trata de un trabajo 100% desarrollado por personas, pero el trato cuidadoso que recibe cada racimo no tiene precio.

Terminada la vendimia los viñedos regresan a ese proceso de reposo con el que el ciclo acaba y vuelve a empezar. Pero en Finca Vistahermosa nos mantenemos en activo durante todo el año. Esperamos tu visita en cualquier estación para contarte más curiosidades acerca de la producción de vino.

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